Naves del Oeste

http://cinemania.es/blogs/detalle/8847/las-monarquias-de-dios---hablamos-con-paul-kearney


En este último volumen de Las Monarquías de Dios, decir que aún estoy consternado por todo lo que he tenido que asimilar, es poco decir. La guerra, siempre presente en la pentalogía, se recrudece por momentos y lo que antes eran tropas comandadas por el mítico John Mogen, enfrentadas contra las hordas Merduk del Sultán Aurungzeb, ha pasado a ser una guerra contra el malvado mago llegado del oeste, Aruan y su temido ejército de criaturas. Apoyado por el mago Bardolin, antiguo discípulo de Golophin, juntos sembraran las tierras de las monarquías de un sinsentido de muerte y destrucción que  dejaran las guerras contra los Merduk en un mero juego de niños. Los tiempos están cambiando. Una guerra como la que no se ha visto hasta ahora está  apunto de librarse en el mundo: hombres contra bestias. Una vez más toda la responsabilidad recae en las espaldas de Corfe. El aguerrido soldado que un día contempara la devastación de Aekir, donde el comandante John Mogen fue crucificado.Corfe se distinguirá en la defensa de el Dique de Ormann, dónde verá su primer ascenso, hasta conseguir el mando de una partida de salvajes, que a la sazón se convertirían en la caballería más temida del mundo. Este grupo será conocido cómo Los Cátedralistas. Tras muchas batallas y situaciones que superarían a cualquier hombre ahora se enfrenta a las tropas de Aruan, pero convertido en Rey de Torunna . Ramusianos y Merduk  compartirán  ahora la misma  fe, tras descubrir  un monje bibliotecario un extraño pergamino que afirma que Ramusio y el profeta Merduk eran la misma persona. Aunarán  fuerzas y trazarán alianzas mediante matrimonios, permitiendo enfrentarse al enemigo que se cierne sobre ellos. Las piezas están colocadas en el tablero, siempre bajo la atenta mirada de los Cimbrios, siempre dispuestos a  recuperar de lo que  un día fue su glorioso imperio.


Las Monarquías de Dios, es una de esas sagas que ha permanecido entre mis lecturas futuribles durante muchísimo tiempo. Yo personalmente voy dando prioridad a los libros que por una razón u otra llevan más tiempo en mi biblioteca ( salvo excepciones ) creando un sistema para que ningún libro, trilogía, saga quede en el olvido. Este es el caso de esta pentalogía. Empecé el libro  El viaje de Hawkwood, su  portada no me decía nada, pero al leer la sinopsis capto toda mi atención. Cuando llevaba apenas unas diez páginas, ya me había dado cuenta de lo que tenía entre las manos. Enseguida comprendí, que es el tipo de lectura que a mí particularmente más agrada. Mucha gente dice que Kearney no está al nivel intelectual de Martin, Ericsson, o tantos otros. Es algo a lo que no voy a entrar a valorar, llevo muy poco tiempo leyendo (un par de años) y con seguridad no soy la persona más entendida en la materia. Lo que sí puedo decir, es que en muchos casos, a pesar de que me encanta Canción de Hielo y Fuego, el tipo de lectura que ofrece Paul Kearney es bastante más amena y divertida, sin tener que recordar un millón de nombres o volver atrás una y otra vez para descubrir que el autor ha vuelto hacer de las suyas. La novela me duró apenas cuatro días. No es una novela tipo Juego de Tronos, La Primera Ley, que son poseedoras de una gran cantidad de páginas. Si no recuerdo mal tiene sobre unas trescientas cincuenta páginas, cuando te quieres dar cuenta ya estás comprando el siguiente volumen. En el primer libro se nos presenta al Capitán Richard Hawkwood, que no sé si por casualidad o mera coincidencia comparte apellido con el capitán mercenario de la Edad Media John Hawkwood. Cómo podremos observar a lo largo de topa la saga se nos irán  presentando situaciones que en muchos casos recuerdan al lector a pasajes sucedidos a lo largo de la historia. Por destacar algunos, podemos citar el viaje de Richard y su similitud  con el descubrimiento del Nuevo Mundo en mil cuatrocientos  noventa y dos. O las guerras entre Ramusianos y Merduk, que a mí personalmente me recuerda a los tiempos de las Cruzadas, con los Caballeros Militantes en lo que creo perfectamente que coinciden con los Caballeros Templarios. La hazaña de corfe y su ejército cruzando las montañas Cinbricas, en lo que es sin duda alguna un homenaje al gran general cartaginés Aníbal Barca. Algún tinte también más de nuestros días he creído reconocer, como la línea Maginot celebre en la Segunda guerra Mundial.


El personaje de Corfe, es el mejor sin duda alguna de toda la saga. Nos encontramos a un hombre que después de huir de Aekir, abandonando a su mujer  dándola por muerta, y en la que murió el legendario comandante John Mogen,  Descubrimos a un hombre hecho de pena y dolor, de sufrimiento y muerte. Tras destacarse en la defensa de El Dique de Ormann. Corfe, no sin pocas trabas por su condición de no noble, le será asignado un pequeño grupo de salvajes con el que vivirá y compartirá los momentos más afectivos desde la caída de Aekir. El grupo de salvajes de las montañas tras jurar lealtad a Corfe, se convertirá a la sazón en el mejor cuerpo de caballería del momento, extendiendo a cotas inimaginables su leyenda  causando un terror atroz en las filas de los ejércitos rivales.

Las novelas van de menos a más, hasta llegar a un punto en que el lector se encuentra totalmente absorto enganchado por la historia, con una narración que pone los pelos de punta y hace sentir al lector, que ha sido trasladado a un asedio, batalla, o viaje a bordo de algún barco en busca del continente perdido. En definitiva, una buena saga en todas sus vertientes, que mantendrá al lector pegado a sus páginas y al terminar tendrá la sensación de haber invertido bien su dinero.  



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